FIV y Duelo



Las técnicas de reproducción asistida han hecho realidad el sueño de ser madre, pero a la vez han aumentado el número de dolientes en este ámbito. Los largos procesos de fertilización no siempre llegan a un embarazo exitoso, las pérdidas durante el 1er. trimestre son muy frecuentes y el nacimiento de niños prematuros que fallecen en la UCI neonatal generan un gran sentimiento de pérdida, de vacío interior, de frustración, de culpabilidad, de impotencia, de rabia y desamparo que requiere de un acompañamiento especializado, pues nuestra sociedad tiene muchas dificultades para responder frente este dolor y la tendencia es minimizar lo sucedido o negar su impacto emocional. De esta forma, las mujeres acabamos aisladas en nuestras propias vivencias internas y los hombres invisibles o excluidos de dicho duelo.

Cuando paralelamente a nuestra pérdida existe una maternidad cercana, bien sea de una mujer de la familia, una amiga o una compañera de trabajo, será común experimentar sentimientos ambiguos y dolorosos. Por un lado, la envidia, la rabia, la desesperación e incluso la alegría, contrastarán con el sentimiento de culpa que se despliega interiormente al ser conscientes de lo que estamos sintiendo. Y es que la envidia es el polo opuesto a la admiración y admiramos aquello que deseamos.

La atención y apoyo al duelo a mujeres que tras someterse a repetidos procesos de fertilización no consiguen quedarse embarazadas, mejora la calidad de vida de las parejas y sus familiares; disminuye los sentimientos de fracaso, frustración e impotencia; permite abordar con mayor facilidad los temores de un nuevo embarazo; permite a la pareja abrirse al dolor en lugar de vivir aislados y en silencio e incluye la expresión de las diferentes formas de vivir la pérdida dentro de la pareja.

Duelo Desautorizado por la pérdida de un bebé
Cuando un embarazo se ve interrumpido de forma inesperada, el corazón se encoge, los sueños e ilusiones se desvanecen y la vida se para. La pareja no pierde un embarazo, para ellos era su bebé,  la oportunidad de ser padres y su dolor no es proporcional ni puede ser medido por el número de semanas de gestación.

A partir de este momento será común escuchar en el entorno frases que a pesar de que albergan una buena intención, se reciben con gran dolor y enfado, pues minimizan la pérdida y aumentan el sentimiento de incomprensión  y soledad: 

“Esas cosas pasan, es normal”
“Eso no es nada, pronto estarás otra vez embarazada”
Mejor perderlo ahora que solo eran unas cuantas células, que haberlo perdido  después. Eso hubiera sido muy duro”
“Si no venía bien, es mejor haberlo perdido”
“Si has tenido un aborto, ya sabes que eres fértil y puedes volverte a quedar embarazada”
“Tienes que salir para distraerte y no pensar en ello”
“Ya tendrías que estar mejor, han pasado muchos meses”
 “Esto que te ha ocurrido no es nada comparado con ….. “
“Todavía eres joven, tendrás otros”
“Es que a tu edad es normal, los óvulos son de mala calidad”

Si además la pérdida del bebé está ligada a circunstancias adversas vividas en el hospital durante el legrado, ya que existió un déficit de apoyo emocional por parte del personal médico-sanitario al percibirse maltrato, negligencia médica o falta de personal preparado para atender circunstancias de estas características, al proceso se añadirá un mayor sentimiento de dolor y desamparo.

Duelo desautorizado por la no concepción
Para las mujeres con dificultades de gestación la desautorización también es una realidad. Las frases producto del desconocimiento y la ignorancia no solo provienen del entorno sino incluso del estamento médico, y se insertan en el corazón de tal forma que el dolor profundo de no ser madre se agudiza y el sentimiento de indignidad se hace presente. La necesidad gira entorno a ser escuchada, a que te den un abrazo y saber que puedes expresar tu dolor sin tener la sensación de ser juzgada. 


Distribuidas por conceptos pueden ser:

El relax
“Has de relajarte porque así de nerviosa no te vas a quedar embarazada”

“Tienes que ir de viaje a Cancún y desconectar. Una amiga lo hizo y “et voilà”

La obsesión
“Creo que estás un poco obsesionada con esto de ser madre”

“Lo importante es que no pienses en ello y que hagas como si nada. Verás que cuando no pienses te quedarás embarazada seguro”

El ser positiva
“Tienes que ser positiva, si piensas en lo negativo, solo atraerás negatividad”
“Piensa en lo que tienes y no en lo que te falta”

Las creencias y dichos populares
“La naturaleza es sabia, si Dios no te da hijos será por algo. Él sabe lo que hace”
“En esta vida todo pasa por algo”
“Eso es porque no debes estar hecha para la maternidad”

La edad
“Y vosotros ¿cuándo vais a tener hijos?. A este paso se os va a pasar el arroz”
“Si, si, vosotros ir esperando, a este paso vais a ser abuelos más que padres”
“Es que ya tienes una edad  y ….. ya sabes, tienes menos óvulos y los que quedan son de mala calidad”
“Eres joven, todavía te queda tiempo”

Alternativas
“¿Y no te has planteado adoptar?”
“Una amiga adoptó y al poco tiempo se quedó embarazada”
“Pero hay otras alternativas. ¿Y si te compras un perro o un gato?

Los que ya son padres
“No tienes idea de lo que te salvas. ¡¡¡Lo a gusto que se está sin hijos !!!”
“Bueno, para como está la cosa mejor no tenerlos. Cuesta mucho criarlos”

Los avances en reproducción
“La ciencia ha avanzado mucho, no te preocupes”
“Bueno no pasa nada, aún te quedan más embriones congelados, ¿no?”



Duelo Genético    
En materia de infertilidad dentro de los distintos procedimientos de fecundación in vitro (FIV) se abre la puerta al llamado Duelo Genético. Aquel que aparece cuando la fecundación solo es posible realizarse mediante una Ovodonación o una Adopción Embrionaria. Aquí la mujer/pareja deberá de atravesar un período de duelo durante el cual tendrá que admitir el no poder transmitir la herencia genética a sus hijos y que supone un fuerte sentimiento de pérdida, apareciendo sentimientos contradictorios y preguntas aparentemente sin respuesta: ¿mi hijo querrá más a mi pareja que a mi?, o ¿hasta qué punto querré a este hijo como querría a un hijo nacido con mis propios genes?. El objetivo será poner en palabras los interrogantes, ansiedades y temores que genera este procedimiento así como el tratar en el futuro la verdad sobre el origen genético.

Es desde una mirada sistémica que existe la experiencia para afirmar que en los casos en que la donación o la adopción de un bebé resultó psicológicamente traumática, lo fue más por el secreto guardado que por la diferencia genética en sí misma.
Actualmente existen numerosos cuentos para que durante la crianza puedan abordarse e integrarse estos temas dentro de la naturalidad y la espontaneidad del día a día de los niños.

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